Por Antón García-Fernández. Memphis, Tennessee Quienes todavía recuerdan hoy a Roy Drusky se suelen referir a él como "el Perry Como del country". Y, en efecto, su voz clara y suave, más cercana a la de un crooner que a la de un cantante hillbilly al uso, le aseguró el éxito en los años 60, la época dorada del Nashville Sound. Su estilo es claramente deudor de leyendas que le precedieron, como Eddy Arnold, George Morgan o Jim Reeves, quienes allanaron el terreno para el triunfo de ese sonido de Nashville dominado por los arreglos orquestales con sabor a pop y aderezado con los coros de los Jordanaires y las Anita Kerr Singers que muchos puristas fueron reacios a considerar country. Al igual que Jim Reeves o Roy Acuff, Roy Drusky—nacido en Atlanta en 1930—mostró más interés inicialmente por el béisbol que por la música, a pesar de los esfuerzos de su madre por enseñarle a tocar el órgano. No obstante, tras ser rechazado por los Cleveland Indians, Drusky comprendió que su f...