Estas sesiones (1927-1928) marcaron un hito en la historia de la música country y constituyeron las primeras grabaciones de músicos legendarios como Jimmie Rodgers y la Carter Family.
Por Antón García-Fernández. Memphis, Tennessee
Johnny Cash lo dijo en una ocasión con claridad meridiana: “Fue el acontecimiento más importante de la historia de la música country”. Ni más ni menos. Las palabras se refieren a las sesiones organizadas por Ralph Peer para la compañía discográfica Victor en 1927 en la pequeña ciudad de Bristol, que se encuentra a caballo entre los estados de Tennessee y Virginia, y el bueno de Johnny no exageraba. No en vano, esas sesiones supusieron el descubrimiento de dos grandes leyendas del género como son Jimmie Rodgers y la Carter Family, pero además, en ellas participaron importantes nombres del old-time como Ernest V. Stoneman, Blind Alfred Reed o B.F. Shelton.
Sin duda, el productor Ralph Peer se encontraba, como suele decirse, en el lugar perfecto en el momento adecuado. Era la segunda mitad de la década de los 20, un par de años antes de la caída de la Bolsa de Wall Street, y el mercado discográfico estaba en plena efervescencia. Además, hacía relativamente poco que los responsables de sellos discográficos como Columbia, Okeh y Victor, habían descubierto una mina de oro aún por explotar escondida en las regiones sureñas, esa música que todavía no se llamaba ‘country’ ni ‘country and western’, sino que empezaba a conocerse mediante etiquetas como ‘hillbilly’ u ‘old familiar tunes’.