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No es habitual que se junten en un escenario tres de los grupos que más tienen que ver con la pervivencia y crecimiento de nuestro género en el estado español. Nos referimos a los catalanes Alex T. & His Hot Saddles, The Barroom Buddies y a los madrileños Chisum Cattle Co. Cada uno a su estilo, cada uno a su ritmo, están haciendo borbotear el caldo country que está empezando a producir interesantes sabores y aromas. Para empezar los tres grupos están componiendo sus propios temas, una condición necesaria para pasar de grupo de covers -dicho con todos mis respetos porque también gusta y entretiene a la gente-, a un grupo musical con idioma musical propio y con cosas que contar, con una impronta personal que marca la diferencia y sube enteros en el ranking de grupos musicales. Solo les falta sellar con broche de oro discográficamente esta meritoria evolución artística. Y en el caso de la Chisum el depegue es inminente.

Bob Marshall es otro de esos genuinos singing cowboys que cantan al trabajo duro del vaquero (que ejerce en Oretonville, en el condado de Oakland, Michigan), a la naturaleza, a la aventura del Far West. Pero al mismo tiempo Bob es consciente del tiempo en que vive y mezcla en su trabajo musical western los ritmos del country contemporáneo. Bob comenzó a tocar la guitarra a los 10 años de edad en la granja donde creció -es cowboy de segunda generación- y trabajó como vaquero desde joven participando en los rodeos locales lo que influyó en sus composiciones del género que incluye en su último disco "Horses That Run Far Away" lanzado a principios de este año. Temas como “Real Cowboy,” “Father’s Day” y la bella “Hats to the Sky”.

Brutal concierto de JP Harris ayer en Madrid y llenazo total. Más de 200 personas abarrotaban la Sala Boite Live de Madrid (más que todos los asistentes de Barcelona y Valencia juntos) para arropar a uno de los más destacados artistas honky tonk que están llevando el género al siglo XXI sin perder las esencias originales, ni las raíces. Nos comentaron nuestros amigos catalanes y valencianos que se preparaba una de las buenas por Madrid y tenían razón. Allí salió JP Harris, natural de Montgomery (Alabama) como un torero al ruedo para dar la talla ante las grandes expectativas que teníamos en él. Y no defraudó en absoluto, sino todo lo contrario, reforzó la idea que veníamos anunciando: iba a ser un concierto histórico para recordar. Y así fue.